¿Por qué?

Vivimos en un mundo definido por la velocidad de los cambios. Un mundo que necesita cada vez más de ideas, de pensamientos, de valores humanistas, de la empatía. ¿Cómo dotamos de significado a los cambios de hoy?
Quienes se desenvuelven en las Humanidades y en las Ciencias Sociales suelen ser quienes plantean las preguntas esenciales. Los que cuestionan el status quo. Los que, en medio del vertiginoso ritmo de la inmediatez, de los resultados, de la productividad, se preguntan por el sentido de lo que hacemos, el sentido del ser humano.
¿De qué modo participamos en la globalización si no comprendemos quiénes somos y qué es aquello que nos hace singulares como personas, como ciudadanos, como nación? Sin las Humanidades no es posible traer al presente las lecciones del pasado, ni comprender mejor lo que nos hace humanos a través del arte y otras manifestaciones de la cultura, ni dotar a los acelerados cambios científicos y tecnológicos de un marco ético. Sin las Ciencias Sociales -como la Economía, la Sociología, la Geografía-, no es posible transformar el crecimiento económico en verdadero desarrollo: aquel que, más que riqueza, lo que crea es una sociedad equitativa, justa, creativa, humana.
Textos y entrevistas del sitio: Carmen Sepúlveda, periodista.

El escandaloso analfabetismo previsional

Agosto, 2016 | Economía, Entrevista

Fernando López

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Frente a la realidad nacional donde un 90% de los chilenos no sabe o sabe muy poco de cómo funcionan las AFP, el profesor de Finanzas Fernando López de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Alberto Hurtado apunta a que es responsabilidad del Estado y de las instituciones de educación entregar capacitación a la ciudadanía. Más hoy, que el sistema está puesto en tela de juicio y el debate por cambiarlo se instaló.

Cuando los economistas y expertos en fondos de pensiones hablan de rentabilidad, años de servicios y porcentajes de comisión que les descuentan a los trabajadores mes a mes para ahorrar para su vejez, el vocabulario y los tecnicismos funcionan como palabras chinas. Si bien, este 2016 la agenda actual puso estos términos en el debate cotidiano, comprenderlos a cabalidad no es nada fácil. En este sentido, el profesor de Finanzas de la Universidad Alberto Hurtado Fernando López -quien ha escrito un estudio que demostró que en el periodo 1981-2015 las AFP más caras de la industria no compensaron a sus afiliados con mayores rentabilidades en sus fondos de pensiones- responde que los responsables de la educar a la población son el Estado y las instituciones de educación. “El grado de ignorancia con el que las personas navegan en nuestro sistema de pensiones es escandaloso. A 35 años de su creación, la gran mayoría de los afiliados no conoce aspectos fundamentales de su estructura y funcionamiento. A modo de ejemplo, según un estudio de la Comisión Bravo, la mayor parte de los afiliados no conoce el monto que aporta mensualmente a su fondo de pensiones, no sabe cuánto le cobran por la administración de sus cuentas de ahorro previsional, ni las rentabilidades de sus fondos de pensiones. Por tanto, los afiliados no están preparados para tomar decisiones que son altamente complejas y tienen consecuencias significativas para su bienestar material”, señala.

Aquí parte del pensamiento de este académico en una sociedad que necesita información clara, explicada con peras y manzanas.

-Profesor usted plantea que uno de los grandes ausentes en el debate sobre las AFP es la educación previsional. ¿Por qué?

-Los afiliados a nuestro sistema de pensiones tienen la responsabilidad de tomar decisiones altamente complejas como elegir su AFP, el nivel de riesgo que adquirirán en sus ahorros previsionales y si acaso contribuirán voluntariamente a sus cuentas de ahorro previsional. Esta responsabilidad no ha sido acompañada con una política de Estado que asegure que la población tiene los conocimientos y habilidades que son necesarias para tomar estas decisiones. Entre las consecuencias del analfabetismo previsional se encuentran el hecho de que las personas no puedan ejercer con dignidad su derecho a elegir entre las alternativas disponibles, la falta de legitimidad del sistema y una mayor probabilidad de que se implementen políticas perjudiciales para el país.

-¿En qué, diría usted, cambia la crítica hacia las AFP con una ciudadanía educada sobre el funcionamiento del sistema?

-Las críticas se concentrarían en las utilidades de las AFP. Aunque a la fecha no existen estudios formales que cuantifiquen el “exceso” de ganancias, es difícil justificar una rentabilidad anual sobre el patrimonio (ROE) de 27,7% en el periodo 1991-2015, que supera en un 73% la rentabilidad promedio alcanzada por la banca en el mismo periodo.

-¿Quién debería capacitar a la población: las administradoras o el Estado?-

-La capacitación de la ciudadanía en materias financieras debería ser una política de Estado que abarque jóvenes en edad escolar, estudiantes de educación superior y trabajadores. No soy partidario de que las AFP –u otro intermediario financiero–  asuman la exclusividad de dicha educación porque se produciría un problema de incentivos en la medida que los contenidos pudieran llevar a los afiliados a tomar decisiones que reduzcan sus ganancias.

Por ejemplo, las AFP no tendrán incentivos para decirle a los afiliados que las cuatro administradoras más caras cobran entre 3,1 y 3,7 veces el valor de la comisión de la más barata. Menos incentivos tendrán para decirles que, por ejemplo, en el estudio “Fondos de Pensiones: ¿Existe un líder en rentabilidad?”, elaborado junto a Daniel Lara y Andrés Morgado, ambos estudiantes de Ingeniería Comercial de la UAH, encontramos que las AFP más caras no compensaron a sus afiliados con mayores rentabilidades en sus fondos de pensiones en el periodo 1981-2015 y que, por lo tanto, es difícil justificar que 7,5 millones de afiliados se encuentren en estas administradoras.

-¿Qué debe saber un chileno medio sobre sus fondos?-

-Los chilenos deberían tener los conocimientos y habilidades necesarias para tomar tres decisiones clave: elegir su AFP, elegir el riesgo de sus fondos de pensiones y determinar si quieren contribuir voluntariamente a su cuenta de ahorro individual.

-Se ha dicho que casi un 90% de los chilenos no sabe nada sobre sus fondos. ¿A quién beneficia esta ignorancia?

-Los principales beneficiarios del analfabetismo previsional son las cuatro AFP más caras de la industria. En efecto, gran parte de los 7,5 millones de afiliados a estas administradoras se beneficiarían cambiándose a una de las dos AFP más baratas, aumentando su ingreso disponible asociado al menor pago de comisiones.

Autor
Fernando López, Profesor de Finanzas Universidad Alberto Hurtado.
Doctor en Business Administration con especialización en Finanzas
de la Olin Business School y miembro de la McDonnell International Scholars Academy de Washington University in St. Louis.
Ingeniero comercial con mención en economía de la Universidad de Chile.
Contacto: felopez@uahurtado.cl
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Postgrado UAH
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